La reseña de la semana: Un reflejo velado en el cristal
Algo así me pasaba a mí. Llevaba un par de semanas inmersa en la lectura de Guerra y Paz y necesitaba una tregua. Un libro que me permitiese descansar mentalmente de los campos de batalla y de las heridas del corazón. Así que agarré mi bolsa de libros y me fui a la biblioteca. Trasteando entre los libros encontre Un reflejo velado en el cristal de Helen McLoy, obra de la que que tenía buenas referencias. Así que después de sacarla en préstamo y me la traje a casa.
Lo primero que te puedo decir es: ¡madre mía!, ¡qué pedazo de novela! No hace buscar entre las últimas obras de intriga para encontrar un libro que te tenga toda la noche en vela para saber el desenlace o que sea capaz de mantenerte con todos los músculos en tensión por el suspense. Comencé la lectura del libro en la cama y allí la terminé.
La novela trata del tema del doble, un ser cuya aparición puede interpretarse como un presagio de la muerte de la persona a la que representa.
La trama comienza en una escuela de señoritas de la alta sociedad en Nueva York. La directora del centro llama a su despacho a una de las profesoras, Faustina, para anunciarle que queda despedida. Cuando ésta le pide que le explique el motivo del despido la directora no le dice nada más allá que un "usted no encaja en el espíritu de nuestro centro".
Faustina sabe, sin embargo, que hay algo más. Las criadas del colegio le miran con terror, las alumnas la observan con una mezcla de curiosidad y miedo y las demás profesoras la evitan. Solo una de las maestras muestra interés por Faustina: Gisela. Al enterarse de que Faustina ha sido despedida, Gisela le cuenta en una carta a su novio Basil, un conocido psiquiatra, parte de lo que sabe del caso. Basil, que termina de regresar de Japón sin que Gisela lo supiera, se encuentra con ella y entre los dos se embarcan en la investigación sobre una mujer aparentemente inofensiva, que tiene una capacidad escalofriante: la de estar en dos sitios a la vez.
El ritmo de la novela va in crescendo. Una trama que comienza de forma relativamente tranquila se acelera como un alud conforme se suceden los hechos: ¿puede alguien estar en dos lugares a la vez? ¿Qué consecuencias tiene semejante capacidad? ¿Puede un ser que se desdobla asesinar? ¿Es Faustina un ser demoniaco?
Los personajes de la obra están excelentemente trazados. Prácticamente se pueden tocar con la mano y psicológicamente son, más que figuras literarias, personas. La misteriosa Faustina, de apariencia desastrada y mirada misteriosa, la rotunda directora del internado, la descarada y coqueta Alice, la inquisitiva y amable Gisela y el cerebral y racional Basil son algunos de ellos.
Si quieres pasar un buen (o mal) rato, disfrutar de una novela bien escrita y con una trama sin fisuras te recomiendo, querido lector, que leas esta novela.
Por suerte para todos, todavía quedan muchos libros relativamente clásicos por descubrir.
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